Free | Avant-Garde Jazz
Don Cherry (trompeta, piano eléctrico y voz), Frank Lowe (saxofón tenor), Ricky Cherry (piano eléctrico y piano), Charlie Haden (bajo), Billy Higgins (batería), Bunchie Fox (bongós eléctricos), Verna Gillis (voz), Moki Cherry (tambura), y Hakim Jami (bajo) |
El disco homónimo del gran Don Cherry (también conocido en sus re-ediciones como Brown Rice) es uno de los puntos más altos de su carrera, tomando en cuenta, incluso, sus discos con Ornette Coleman. Con sólo cuatro canciones se constituye en un verdadero viaje, en una de las obras maestras del legendario Don.
"Brown Rice" es psicodélica, pegajosa, hipnótica; suena casi al psych-folk/drone que ha ido surgiendo en los últimos años. El fuzz del bajo es realmente brillante, y la voz críptica de Don y el canto onírico incesante de Verna Gillis atrapan en un verdadero trance, a lo que ciertamente contribuyen las percusiones de Billy Higgins (uno de los grandes amigos de Cherry) y Bunchie Fox.
"Malkauns" es, en contraste, mucho más tímida, desde el principio. La introducción en bajo por parte de Charlie Haden (otro legendario) acompañado por Moki Cherry (la esposa de Don) en la tambura ayuda a establecer una atmósfera introspectiva, melancólica, un poco desolada, sobre la cual entra Don con una improvisación en trompeta que confirma que la canción es un poco triste, pero en ese tono triste a là Chaplin, que es una especie de melancolía alegre, catártica, desahogadora. Con la batería de Higgins la atmósfera va transmitiendo un poco más de confianza, de seguridad, de que la vida es triste a veces, pero que las cosas estarán bien. Es una canción hermosa, realmente.
Por su parte, "Chenrezig" se adentra ya más directamente en las influencias orientales en la música de Cherry. La voz de Don prácticamente es un throat singing, que progresivamente va construyendo un ambiente críptico que de a poco se va prendiendo. Más adelante entra en juego un elemento del jazz más tradicional, con un genial, sutil y disonante comping de piano por parte de Ricky Cherry. Y al final, la explosión, el caos, la liberación, con un Don Cherry metiendo bulla e improvisando frenéticamente en la trompeta.
Finalmente, "Degi-Degi" es casi una pieza de afrobeat, aunque sin una percusión predominante. En un piano eléctrico, Ricky Cherry adereza el trance con un comping que le debe harto a la música india (india de India, digo), sobre el que Don va narrando ininteligiblemente en su tono críptico, a la vez que Frank Lowe improvisa enérgicamente en el saxo tenor y Charlie Haden teje una melodía hipnótica en el bajo.
En suma, y para no extenderme más, un álbum realmente brillante, dinámico y vital.
Enlace | mp3 | 320 Kbps
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