Post-hardcore
Ron Reyes (voz), Greg Ginn (guitarra, theremin, órgano y bajo), Gregory Moore (batería y voz de fondo), Matthew Cortez (batería en "Off My Shoulders") et al. |
El regreso de Black Flag ha estado lleno de polémica. Primero, porque para muchos la reunión no se dio con una formación ideal (Ron Reyes y Greg Ginn son los únicos miembros originales de la banda). Segundo, por toda la batalla legal entre Greg Ginn y FLAG, otra reunión de Black Flag con una alineación bastante más atractiva, que incluye a Keith Morris, a Chuck Dukowski, a Bill Stevenson y a Dez Cadena. Tercero, porque los videos de los conciertos de esta gira de regreso dan una imagen, en el mejor de los casos, desastrosa y decadente. Y cuarto, porque los singles que han precedido a What The... no han estado, en general, a la altura del catálogo de Black Flag. Entonces, las expectativas son bajas o nulas. Pero démosle una oportunidad.
Veamos lo malo primero: What The... suena grabado a la rápida, no a conciencia y con poco ensayo, y está pobremente producido. La calidad compositiva de Ginn está a años luz de la de antaño y su capricho de incluir un theremin resulta fuera de lugar. Además, pareciera estar corto de riffs: muchas de las canciones son prácticamente lo mismo. El baterista Gregory Moore es un desastre, y no sobrevive ni a la más mínima comparación con Robo, y para qué decir con Bill Stevenson o Chuck Biscuits. Por su parte, Ron Reyes suena exactamente igual en todas las canciones. No matiza y tiende a gritar mecánicamente, sin emoción. El disco en general se hace muy largo. Hay muchas canciones que no agregan nada y que, en definitiva, tienden a aburrir y a ser mal relleno.
Pero sí: sí hay algunas cosas buenas. Ginn suena sólido, tanto en guitarra como en bajo (el disco fue grabado antes de que Dave Klein se integrara a la banda), dando muestras de un virtuosismo bien digerido y asentado, y tan ruidoso y frenéticamente caótico como siempre. Por otro lado, entre tanto relleno también hay canciones destacables. Puedo mencionar My Heart's Pumping, Wallow in Despair, The Chase, It's No My Time to Go-Go y la que cierra el disco, Off My Shoulders.
En suma, y en una visión completamente personal, creo que el desastre pudo ser peor. Ciertamente, What The... no está ni remotamente a la altura de discos como Damaged, Loose Nut o Slip It In, pero sí tiene momentos de esa magia olvidada. Sin embargo, en general el sonido de la banda ha caído en una comodidad aburrida, en que predomina el post-hardcore simple y sin el afán experimental y transgresor que caracterizó a álbumes como Family Man o The Process of Weeding Out, lo que deposita a Black Flag en una monotonía disuasiva.
Pero en esta dialéctica podemos citar otro aspecto positivo: es un disco desafiante. No entra a la primera. De hecho, en la primera escucha los sutiles matices no se perciben, y sus puntos altos pueden incluso pasar inadvertidos. Esta dificultad lo hace más dinámico y tal vez incluso entretenido. Es, en síntesis, un álbum que sin ser brillante, merece una oportunidad, y que en sus momentos de luz permite recordar por qué Black Flag es una de esas bandas claves en la historia de la música. La crítica es que esos momentos de luz son escasos. Pero, de nuevo, pudo ser peor.
Enlace | mp3 | 320 Kbps
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